Las criptomonedas son una moneda digital diseñada para funcionar como medio de intercambio.
Son un sistema de pago virtual que no depende de bancos para verificar transacciones y permiten que cualquier persona, donde quiera que se encuentre, pueda enviar y recibir pagos.
Se utilizan igual que el dinero físico, pues permiten comercializar productos o servicios. Sin duda, son un ejemplo claro de cómo la tecnología puede ser aplicada a la economía.
No obstante, su naturaleza les obliga a basarse en la criptografía, que es la ciencia que codifica la moneda con la intención de “evitar la falsificación, el uso duplicado de una misma unidad o la creación excesiva de estos activos”, según definió el Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Es decir, es la forma en que se bloquea la posibilidad de que estos activos digitales puedan ser copiados, hackeados, interceptados o robados. Bajo ese concepto, la mayoría de las criptomonedas utilizan la tecnología Blockchain.
– EN AUMENTO –
Según la Escuela de Negocios de la Innovación y los Emprendedores, creada en España, actualmente existen más de 10.000 monedas virtuales en todo el mundo.
La principal es el Bitcoin. Otras de circulación masiva son Ethereum (Ether) y Litecoin; sin embargo, el mercado es tan volátil que cualquier otra podría despegar de un día para otro.
Esto sucede pues mucho del interés en las criptomonedas proviene del intercambio comercial, lo que genera que los especuladores eleven o bajen los precios en un pestañeo.
Dicho factor es considerado por el BCCR como su principal inconveniente, puesto que “es difícil predecir con certeza su valor en términos de bienes y servicios” y “también limita los incentivos para utilizar estos activos con fines de ahorro”.
Empero, el mercado gana terreno.
De acuerdo al portal Statista, en el 2021, en India, Corea del Sur y Brasil más del 15% de personas entre los 18 y los 64 años ya experimentaron con criptomonedas. En España y Estados Unidos fue más del 10%.
Inclusive, el Bitcoin, la primera de las criptomonedas (fundada en 2009), fue aceptada desde setiembre en El Salvador como moneda legal.
Es tan poderosa que a otras criptomonedas se les conoce como “altcoins”, para distinguirlas de la original.
En Costa Rica, según medios locales, se estima que 60.000 habitantes ya realizan transacciones con criptoactivos.
– MONEDEROS DIGITALES –
No obstante, para hacer uso de las criptomonedas existen los monederos digitales o “wallets”. Estos son dispositivos de software (hot wallet) o hardware (cold wallet) que sirven para depositar, gestionar y transferir las criptomonedas que se poseen.
Los hot wallets se refieren al almacenamiento criptográfico que utiliza software en línea para proteger las claves privadas de los activos, mientras que su contraparte depende de dispositivos electrónicos sin conexión para proteger de forma segura las claves.
Por medio de estas aplicaciones, un usuario puede acceder a su saldo, disponer de su llave pública para compartirla con otros usuarios y enviar y recibir criptomonedas, o bien, su llave privada, que permite gastar, transferir, retirar, cambiar o enviar criptomonedas de un destino a otro.