El monstruo de la inflación desacelerada sigue al acecho en el mundo y Costa Rica se está convirtiendo en una víctima más, con principal afectación para los habitantes que reciben sus ingresos en colones.
Este 7 de julio, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) registró que el país alcanzó una inflación interanual equivalente a 10,6%, la mayor desde abril del 2009. Con ello quedó muy atrás la proyección del Banco Central de Costa Rica (BCCR) de entre 2% y 4% para cerrar el año.
“La inflación al final lo que provoca es que el consumidor tenga menos poder adquisitivo, porque la moneda tiene menos valor. Si antes podía comprar 10 artículos del diario con 100.000 colones, ahora solo puedo comprar, por ejemplo, siete”, explicó Fabián Aguilar, director comercial de Monifai.
“La inflación es una subida generalizada y sostenida de los precios de bienes y servicios. Y si los precios suben, mi dinero pierde poder adquisitivo. En otras palabras, con lo que gano hoy, compro ciertas cosas, pero mañana, si los precios suben, puedo comprar menos”, remató la economista Laura Hermosa.
La invasión de Rusia a Ucrania, el repunte de la demanda de bienes tras la pandemia, el aumento del precio de los combustibles, el aumento del precio del dólar (o depreciación del colón, como quiera analizarse) son algunas de las causas que impactan la inflación en Costa Rica.
Aunque lejos de llegar a una hiperinflación, como las vividas más recientemente por Argentina y Venezuela, los expertos señalan que la tendencia a la alza no cambiará en los próximos meses.
Más problemas.
Otro de los problemas de este indicador económico para quienes ganan en colones se relaciona con los créditos, pues la inflación va de la mano con las tasas de interés.
“Todas esas personas que tengan una hipoteca o crédito en colones a tasa variable se van a ver afectadas, porque el dinero vale menos, pero van a tener que pagar más por su préstamo”, dijo Hermosa.
“En una economía dolarizada como la nuestra, esto hace que se dé una ‘tormenta perfecta’ que puede llegar a ser muy peligrosa”, añadió Aguilar.
Más complicaciones que surgen de las ramas del largo tronco de la inflación se relacionan con el ahorro, sin importar si es en una cuenta bancaria o debajo del colchón, pues se desincentiva, ya que también pierde valor.
Inclusive, la inversión pierde demanda, porque “existe una incertidumbre del valor del dinero en el futuro, porque las personas no saben si quieren invertir en un lugar donde el dinero cada vez vale menos”, agregó la economista.
Hasta los aumentos salariales entran a la mesa, pues en condiciones normales los ingresos de las personas que trabajan para sector público o privado se deberían ajustar a la inflación, pero si esta es alta, el ajuste estará por debajo.
Sin embargo, el director comercial de Monifai apuntó un consejo vital para luchar contra la inflación. “Priorizar y ser más cautos con nuestro presupuesto, estimando mensualmente cuánto se gasta en servicios normales del hogar, alimentos y transporte y así, toda aquella compra que no sea de necesidad primaria, poderla programar para no tener que verse afectados”.
Por último Hermosa apuntó que lo más recomendable es si está entre las posibilidades, se debe invertir en fondos de inversión que generen interés mayor al que tenga la tasa inflacionaria.